jueves, 3 de septiembre de 2009
Sin dirección
Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos
Simón Bolívar
Disculpen si alzo mi voz
para opinar en contrario,
pues no encuentro
por ningún lado,
una lógica básica
que conecte los discursos
con los hechos.
Perdonen
si mis ojos no miran
las maravillas del nuevo día,
las bondades de la revolución,
y los beneficios para la población.
Lamento que mis temores,
que mis dudas y cavilaciones,
no se alegren con las promesas
que semana a semana
se escuchan en la cadena sabatina.
Disculpen que insista,
en aspectos que están a la vista:
hipoteca de reservas petroleras
que nos deja con deudas,
con pago de intereses altos,
con escasos fondos
para el futuro de la Patria.
Es incomprensible,
que la Seguridad Social,
preste dinero al gobierno,
y no tenga para pagar
medicinas para los afiliados
y médicos para cuidar
de todos los enfermos
que a diario “pelean”
por un turno,
un miserable turno
para ser atendidos
y ayudados
en sus dolencias físicas.
Lamento que mi visión
sobre la gestión pública
sea negativa.
No hay Ministros de Estado
que tengan criterio propio,
no se los escucha,
son casi invisibles,
están tras la cortina
del Palacio de Carondelet.
Es inconcebible
que los medios de comunicación
que fueron incautados
se utilicen como medios de gobierno
y no del Estado.
La prensa, la radio y la televisión estatal,
están al servicio de la gente,
en cualquier país, en cualquier estado,
no al servicio del gobierno de turno,
que dispone lo que se dice
lo que se publica o se ve.
No logro entender
los niveles de violencia verbal
que hay en el país,
es común y general
que se insulte o amenace
bajo el justificativo
de interés nacional.
Supuestamente acabas
con un estilo de política
inhumano y desleal,
pero inauguras otro
de amenazas e insultos,
de sentencias y abusos.
Tengo dudas
sobre nuestras amistades
sobre nuestros socios
en el campo
de las relaciones internacionales.
Quien con lobos se junta
aullar aprende,
dice el adagio popular.
Los lobos que nos rodean,
solo le han enseñado
a quienes ejercen el poder,
a mostrar los dientes,
a mandar por doquier.
Y mientras esto pasa,
y mientras hablamos
mientras discutimos,
la Asamblea Nacional,
traza las líneas,
aprueba las leyes
que allanan el camino,
de un ejercicio público
que se ampara en la campaña
y no en el cambio
de una realidad
que cada vez es mas
inhumana.
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