Ayer conocí la noticia de tu partida,
nada que decir cuando muere
una persona querida,
nada que hacer con el sabor amargo
de tu desgraciada partida,
solo recordar y recordarte siempre
como lo que fuiste: un hermano.
No hay más palabras por el momento,
o quizá si, aquellas de Amado Nervo:
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!.
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