Gracias
por las palabras de aliento,
por dedicar tiempo
a escuchar mis desgracias,
por brindarme una mirada
que calma mi sed...
de paz,
de amor.
Gracias
por estar ahí,
presente siempre,
sonriendo y compartiendo
aquella sonrisa
que me alborota el alma,
solo así para poder
seguir viviendo en calma.
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