Que la alegría te acompañe siempre,
incluso cuando lloras,
aún cuando estés triste.
Que la esperanza ilumine tu camino,
incluso cuando te pierdas,
o cuando pareciere que te hubieres perdido.
Que la confianza adorne tus actos,
incluso cuando te equivoques,
o cuando dudes de tu destino.
Que nunca olvides, ¡nunca!,
que si alguien te ha amado en este mundo,
ese alguien es también,
el que ha llorado,
el que ha estado triste,
un tanto perdido,
casi siempre equivocado,
pero por siempre enamorado
de ti,
de tus lágrimas,
de tus actos,
de tu destino…
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