Este país,
que lo amo
desde que la razón
llegó a mí.
Este país,
del que se disputan
la propiedad
y los derechos
de prosperidad,
sin haber probado
sus colores descoloridos,
sus sabores diluidos,
sus sueños distraídos.
Este país,
que dejaré no sé cuándo,
que te quedará en las manos,
no lo dejes caer,
cuídalo,
como a tu padre.
Ese país,
que me hubiera encantado
verlo feliz,
no ha sido así,
lo he acompañado
a funerales sin fin,
por sus hijos provocados.
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