jueves, 21 de agosto de 2008
Sobre la felicidad
A ti ¿qué te hace feliz?,
quizá un beso
de la persona amada,
quizá una caricia,
una palabra anhelada.
A otros quizá,
dinero y portadas,
autos, casas,
acciones bancarias.
A muchos,
muchos de verdad,
la felicidad es simplemente,
el pan diario en la mesa,
aunque sea uno al día,
aunque esté duro
aunque esté poco,
una felicidad provocada,
por no morir de inmediato,
y alargar la agonía,
confundiendo sobrevivencia
con la felicidad perdida.
Para otros muchos,
la felicidad se asemeja
a la fotografía alegre
a la imagen sonora
de gente riendo,
de gente disfrutando
del consumo, de la marca.
Es felicidad o qué
aquella gana barata
provocada y manipulada
que nos hace creer,
que nos engaña,
que lo material lo es todo,
que lo espiritual no da nada.
Y aunque aquí lo diga
y aunque mis palabras hablan
de que la felicidad de veras
no necesita de propaganda,
de expertos, de comercios,
de promesas, de política barata,
es difícil saborear,
tan exquisito manjar,
pues el paladar espiritual,
está adormecido
por la vorágine comercial.
La felicidad verdadera,
llegará cuando tus puertas,
las del corazón y el alma,
se queden abiertas,
a lo sincero, a lo puro,
a lo intensamente puro,
a los colores del día,
a la sonrisa encendida,
a la acción voluntaria,
a la verdad de la palabra.
Una felicidad provocada
por aceptar quienes somos,
por agradecer a la vida,
los dones, los días,
las noches y las despedidas.
Una felicidad trabajada,
a toda hora,
sin horario de entrada,
sin descansar siquiera,
pues la felicidad sincera
aparece cuando de veras
somos personas,
y como tales actuamos,
y entonces la mesa vacía
se ven tan hermosa
como aquella… la llena.
Más en buscar la felicidad
nos pasamos la vida,
confundiendo el placer,
la desesperación, la supervivencia,
como sinónimos o antónimos,
de la felicidad apenas vivida.
A ti ¿qué te hace feliz?,
quizá un beso
de la persona amada,
quizá una caricia,
una palabra anhelada.
A mí,
miles de besos
de la persona amada,
miles de caricias
y palabras anheladas,
ya me quedará tiempo
para vivir la vida,
quiero ser feliz primero,
y para ello no duermo.
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