Tras abril llegó mayo,
con su luz y sus colores,
con sus notas diversas,
con sus tardes de amores.
Tras abril llegó mayo
y pensé (cómo el poeta),
que mayo era eterno...
pero no lo fue.
Tras abril llegó mayo,
y tras mayo junio,
que unió por siempre
aquellas almas golpeadas.
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