"Lo que un padre
dice a sus hijos no lo oye el mundo,
pero puede ser oído por
la posteridad"
Juan Pablo Richter
Querido amigo,
querido hermano:
escribías hace poco
ante la tumba de tu
querido padre,
que entregabas a la
tierra
a la persona que te dio la vida…
y agregabas que:
ojalá que la tierra me devuelva
un rayo de sol para volver a ser feliz.
Permíteme interrumpir
este momento de dolor
para intentar quizá,
decirte algo que me
sale del corazón.
Yo creo que la tierra
te ha devuelto,
sin que hayas caído en
la cuenta,
poco a poco, mientras
tu padre vivía,
-por ese padre que un
día no estaría-
rayos de sol,
frutos de la tierra,
consejos, ejemplos,
modelos, diálogos,
sonrisas y llantos,
de quién hizo de ti,
en armonía con la madre
querida,
la mejor obra que un
padre
en función de escultor
podía dejar en la
tierra.
Quizá se fue su cuerpo,
quizá…
regresó a la tierra que
lo vio nacer,
pero entre ese nacer y
morir,
dejó un legado a veces
silencioso,
a veces inquieto,
de un modelo de vida,
que iluminó e ilumina
tu camino y tu familia.
Esa tierra y ese padre,
que hoy lloramos y
amamos,
dejó un legado que va
contigo,
como una impronta
como un signo…
Te dejó raíces
del árbol de la vida,
que fue en un inicio
semilla
y hoy es lo que dejarás
para quienes de ti
reciban la posta del
camino.
Raíces de valores,
de una forma y una
manera de ser,
de actuar, de vivir,
de amar y de compartir.
Raíces que son la
fuente,
la cimiente, donde se sostiene,
todo lo que tienes.
Esa tierra y ese padre,
también te dejó alas,
porque las necesitas,
para lanzarte al vacío
sin importar el suelo
frío,
porque no llegarás a él
mientras vueles y
sueñes.
Mientras haya un
horizonte,
en tu corazón de
hombre…
horizontes de vida,
horizontes de alegría,
horizontes de amor,
horizontes de pasión
por el trabajo, la
familia, los amigos…
horizontes de
honestidad,
horizontes de paz.
En este abrazo querido
amigo,
hermano querido,
en este abrazo
disfrazado por palabras,
quiero decirte,
que aunque esas raíces
y esas alas
parecen perdidas,
hoy mas que nunca
debes darles vida,
porque si algún
homenaje,
porque si algún hecho
vale,
porque si de verdad
ese hombre al que
llamaste y llamas
padre querido, padre
del alma,
ha hecho lo que ha
hecho
y ha legado lo que ha
legado,
hoy es necesario que
demuestres que es verdad.
En silencio escucha su
voz y su consejo,
que te dirá que sigas
el ejemplo
no de sus virtudes, no
de sus errores,
si, del amor que
entregó a borbotones.
Será eterno y de veras
lo es,
porque su ejemplo queda,
porque sus raíces y sus
alas,
serán tu camino,
el de tus hijos,
y el de los hijos de
tus hijos.
1 comentario:
Querido Bob:
Josep Esquirol, un filósofo catalán, comparaba la vida como una balsa que va sobre un río, que es el tiempo. Uno va sobre las aguas pero sin poder orillarse un momento. Sólo al final, cuando llegas a la desembocadura en ese mar que es la muerte, puedes volver a unirte con todos y desaparece la sensación del tiempo.
Gracias por estas palabras.
Un abrazo
Publicar un comentario