Por aquellos tiempos,
donde el viento
acariciaba tu pelo,
y mis brazos inquietos
abrazaban tu cuerpo.
Por aquellas noches,
sin poder dormir,
pensando en el momento
del volverte a ver.
Por las lágrimas
que derramé como un niño,
pensando a cada momento,
que no te volvería a ver.
Por los besos,
que se quedaron guardados,
porque no me atreví a darlos,
pensando que habría el momento,
de entregarlos y quedarme sin aliento.
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