jueves, 27 de agosto de 2009

Se tu mismo

No hallé como quien ser, en ninguno. Y me quedé, así: como ninguno.
Antonio Porchia


La vorágine del día a día,
nos envuelve,
nos limita la vista
de las cosas importantes
de “a dónde camina”,
esta tierra querida,
el inquieto presente,
el futuro a la deriva.

Si nos quejábamos
de la invasión extranjera,
como decía el poeta
“de modelos importados
que no son la solución”,
hoy cualquier importación
de ideas o estrategias
son positivas
pues, nos dicen,
van en bien del país,
del futuro de todos,
de una manera común de vivir,
de pensar,
de actuar,
de hablar,
de decir,
de ser,
porque si eres diferente,
si piensas diferente,
si no estás de acuerdo,
si planteas otras soluciones,
si crees en otras ideas,
eres un peligro
y por tanto,
estás en contra
de lo que se ha llegado a llamar
el “buen vivir”.

Entonces asistimos
a un debate permanente,
de ideas y acusaciones
absurdas todas,
o la mayoría de ellas,
pues entre gritos y peleas
se disputan la verdad,
o lo que ellos llaman la verdad.
Cuando digo ellos,
me refiero a los que están en el poder,
no solo en el gobierno
sino en cualquier espacio
de representación popular,
que les otorga poder,
de aparecer en medios,
de hacer acusaciones,
de negociar votos,
de gastar el dinero público,
de hacer los que les da la gana.

Buscamos entonces
¿quién tiene la verdad?
¿quién dice la verdad?,
escuchándolos parecería
que la tienen unos,
que la tienen otros,
mas no reparamos
en buscar nuestra propia verdad,
nuestra propia manera
de mirar los hechos,
de observar las actuaciones,
de escuchar los discursos,
de desmenuzar las palabras,
las acciones
y entonces,
solo entonces,
tomar partido,
sobre la base de nuestras ideas,
y no tener miedo de ser diferente,
de ser crítico,
o de apoyar unas ideas
y unas acciones,
pero…
no porque te han comprado
con unas cuantas monedas,
traducidas en migajas de poder,
en esperanzas de ser como “ellos”,
de vengarte de lo que te hicieron,
o porque “te importa un comino”,
lo que le pase a la gente,
mientras no se metan contigo.

Un país lo construyen todos,
por diferentes que sean,
por desiguales que fueren,
por lejanos que estuvieren.
Lo que les une
es la tierra que los cobija,
la historia que los precede,
el futuro que los anima.
Ese es un país,
ese es el país,
por el que debemos trabajar,
por el que debemos luchar.
Y no lo construye uno,
lo construimos todos,
una suma de individualidades,
de ideas diversas.

Se tu mismo,
seamos nosotros mismos,
si temor a equivocarnos,
y si nos odian por lo que somos,
es mejor a que nos amen
por lo que no somos.

No permitamos,
no dejemos que nadie,
nos diga cómo obrar,
o lo que debemos pensar,
incluso a riesgo de nuestra propia vida.
Digamos las cosas por su nombre,
si hay que felicitar se felicita,
si hay que criticar se critica,
siempre con respeto y dignidad,
siempre con amor y con responsabilidad.

"El que manda debe oír aunque sean las más duras verdades y, después de oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que produzcan los errores."
Simón Bolívar

1 comentario:

aireligero dijo...

Sencillamente excelente, creo que no hace falta mas qué decir. Sería conveniente publicar en varias vallas publicitarias del país para que la gente entienda que los humanos no somos borregos.