viernes, 21 de marzo de 2025

La peligrosa estupidez

El poder está bien, y la estupidez es, por lo general, inofensiva. 

Pero el poder y la estupidez juntos son peligrosos

Patrick Rothfuss

Asociar ideas,

buscar información,

contrastar información.

Preparación para comprender 

o para razonar.

Dedicar tiempo y esfuerzo

al pensamiento crítico.

Prudencia, paciencia,

empatía, aceptación del error,

dudar de lo aprendido,

dudar de lo oído,

dudar de lo leído.


Todos estos hábitos,

y su práctica diaria

o frecuente,

podrán evitar

que se nos considere

estúpidos,

en el sentido de 

ser vagos y negligentes

en nuestro rol de seres humanos,

ciudadanos, miembros o parte,

de una familia, barrio, comunidad,

ciudad, país, humanidad.


La balanza se inclina,

con tristeza y velocidad

hacia la carencia o deficiencia

para pensar y actuar

de manera inteligente

y también sensata,

haciendo evidente

una peligrosa estupidez

que cual estampida macabra

acepta y cree 

todo lo que escucha,

mira y lee.

Actuando con desconocimiento,

desinformación e ignorancia.


El poder lo entendió,

y entendió la fórmula:

distracción y engaño.

Ingredientes ideales

para transformar en real

lo irreal,

y enmascarar al mal,

con la careta del bien.


Estamos tan ocupados,

en estar ocupados.

Distraídos, desinformados,

ignorantes, presas de la estupidez,

que perdemos el sentido

y la capacidad de reflexionar,

de pensar, de criticar,

de discernir, de actuar,

de sentir y de actuar

como verdaderos seres humanos.


¿Qué podemos hacer?

Empezar, ¿por dónde?

por nosotros mismos.

¿Cómo?

Un examen de conciencia

que nos permita responder,

en qué nivel de preocupación

por nuestra naturaleza,

vida y planeta nos encontramos

y qué esperamos para actuar,

primero en nosotros 

y luego en nuestro entorno.



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