viernes, 7 de marzo de 2025

El autocuidado… espiritual

Ante todo, es necesario cuidar del alma 

si se quiere que la cabeza y el resto del cuerpo funcionen correctamente

Platón



La velocidad

con la que transcurre la vida,

afecta la forma en la que la vivimos.


La inmediatez nos conduce,

a respuestas rápidas,

a soluciones inmediatas.

No siempre adecuadas,

y pocas veces: humanas.


Una suerte de silencio

nos rodea,

desde dentro hacia afuera.

Parecería que las opciones,

son cada vez menores,

buenos o malos,

blancos o negros,

ganadores o perdedores,

conservadores o progresistas,

débiles o fuertes,

ricos o pobres,

desarrollados o subdesarrollados.


Tomar partido,

para sobrevivir,

incluso a costa

de nuestra muerte espiritual.


Detenerse a pensar,

dudar, investigar,

preguntar,

aprender de forma diferente,

equivocarse y fallar,

con buena fe,

no está bien.


O estás con ellos o los otros,

o, estás en contra de ellos o los otros.


Y, en medio de ello,

olvidamos cuidar

lo íntimo, lo interno:

nuestro corazón,

nuestro espíritu,

nuestra alma.


El presente

y el futuro

nos necesitan sanos de espíritu.

Necesitamos aprender

a cuidarnos y a cuidar,

esa esencia,

esa impronta personal,

eso que somos,

delante de tan pocos,

o quizá delante de nadie,

pero que somos

y necesitamos que sea

con fuerza y vida.


Nuestro autocuidado espiritual,

es una labor propia, personal,

pero no sola,

necesitamos apoyo,

ayuda, comprensión, atención,

tiempo, oídos, escucha

y voces que nos inviten

al vital cuidado

de nuestro ser, de nuestro espíritu.


Que lo artificial,

en todas sus formas

y expresiones,

no nos extrañe

de lo humano y natural,

en todas sus formas y expresiones.


Que auto cuidarnos y cuidar,

sea, nuestro alimento espiritual

y sean lo natural, no lo especial.



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