Que ese íntimo diálogo
entre tu corazón,
tu mente y tu razón,
te permita tomar
las decisiones que necesitas,
las acciones que sean necesarias
y la comprensión adecuada
para perdonarte
cada vez que intentas juzgarte,
en este oficio de vivir,
de despertar a la vida
y de buscar lo que quieres ser
y no, lo que los otros dicen
que debes ser.
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