Lo
que se obtiene con violencia,
solamente
se puede mantener con violencia.
Mahatma
Gandhi
Aproximadamente,
22 países en el mundo,
se encuentran actualmente
sufriendo los efectos
de la cruenta guerra.
Son sociedades profundamente divididas,
presas de fundamentalismos de todo tipo:
religiosos, políticos, sociales e históricos.
Son sociedades en las que el sufrimiento
de niños, mujeres y ancianos es interminable.
Son sociedades que han entregado,
a más de trescientos mil niños
armas en sus manos,
armas para matar,
armas para destruir…
sociedades que han matado ya,
a esos niños,
porque dejaron de serlo
al momento de ir a la guerra.
El desafío de construir la paz,
pasa por entender que la industria de la guerra
es la más lucrativa de las industrias,
la más poderosa,
la que puede ejercer presión en políticos,
y lideres de un país o una nación.
La industria de la guerra,
compra conciencias,
compra voluntades,
compra personas, para matar a personas.
El desafío de construir la paz,
incluye el estudiar y entender la violencia social,
aquella violencia que ha tomado por asalto
el aula de clase, el espacio familiar,
los medios de comunicación,
los espacios de interacción social.
La violencia parece ser,
y cada vez con más argumentos
de una supuesta lógica,
la mejor cura para combatir la violencia.
Es desafío de construir la paz,
requiere entender e identificar
a los actores de la guerra y la violencia.
Aquellos que fabrican armas,
son los mismos que están sentados
en las comisiones de diálogo y supuesta paz.
El desafío de construir la paz,
pasa por recuperar la educación
como la mejor estrategia
para hacer frente y transformar la violencia.
Educar para la paz,
educar para transformar el conflicto,
para saberlo gestionar,
requiere de un paradigma libre de dogmas,
ajeno a los fundamentalismos,
un paradigma incluyente, humanista,
de respeto irrestricto de los derechos humanos.
El desafío de construir la paz,
requiere de una investigación científica
del tal calidad,
que brinde las orientaciones sociales
que nuestras comunidades requieren
para caminar por el sendero de la libertad,
de la igualdad, de la fraternidad,
de la construcción colectiva
de sociedades tolerantes e incluyentes,
y no sociedades profundamente divididas.
El desafío de construir la paz,
pasa por reconstruir el diálogo social,
por transformar el fascismo y las tiranía politiquera,
que sigue triunfando gracias a su:
“divide y vencerás”.
El desafío de construir la paz,
necesita de las manos y los corazones de todos,
¿cuánto estás dispuesto a dar?,
no en dinero,
sino en tolerancia y ejemplo de libertad y buenas
costumbres.
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