La mayoría de
la voluntad ajena,
jamás puede
llamarse democracia
No podemos olvidar:
debemos dialogar,
promover, exigir que en el país
exista un diálogo social,
un diálogo con el poder,
un diálogo político,
un diálogo entre ciudadanos,
un diálogo para el progreso,
un diálogo para el desarrollo.
Un diálogo,
que signifique sabernos escuchar,
sabernos conocer,
y sabernos entender.
No podemos permitir,
no podemos acostumbrarnos
a no dialogar.
A que las cosas se hagan,
porque alguien tiene el poder,
porque alguien tiene el dinero,
porque alguien tiene la capacidad de manipular
la realidad de las cosas,
el futuro de las personas.
No es admisible que exista convivencia,
si el diálogo es de una sola vía,
si por diálogo entendemos
un discurso permanente y a diario
de una sola vía,
de un solo sector,
de una sola persona.
Debemos promover discusiones,
que involucren a los ciudadanos,
que no olvidemos la responsabilidad que tenemos
para decir las cosas,
para inteligenciarnos de las formas
en las que la sociedad se debe gobernar,
en las que la comunidad de avanzar,
en las que el país debe avanzar.
Sin discusión,
sin discusión política en espacios parlamentarios,
ninguna legislación,
ninguna normativa,
podrá ser calificada de democrática,
ni de beneficio para todos.
Nada tiene de malo discutir,
siempre y cuando la discusión
se fundamente, se respete,
se argumente y se sea consciente
de que es una herramienta de convivencia social.
En una sociedad de iguales,
el disenso es algo natural,
¿por qué todos debemos pensar igual?,
¿por qué deben todos pensar como el poder?
¿ por qué está mal visto el que piensa distinto?
No perdamos la perspectiva
de la convivencia pacífica
entre pensamientos diferentes.
Pensar distinto al poder,
disentir con el poder,
no puede ser penado o sancionado,
como un delito de terrorismo.
Es más,
la equidad y la igualdad,
se demuestran con la tolerancia al disenso.
¿Cuál es la dirección correcta
en el camino al desarrollo?,
¿La que dicta el poder?
¿La que exige la oposición?
¿La que reclaman los sectores sociales?
O, la dirección del desarrollo nacional
sea el resultado de una suma de desarrollos,
que beneficie a todos,
sin pactos oscuros,
sin intereses de grupos
y construir democracia.
Democracia,
como gobierno de todos,
como rendición de cuentas
de los fondos públicos,
como respeto de los derechos humanos,
como separación de poderes,
como ajena a la voluntad de mayoría
e incluyente con todos los habitantes.
Democracia,
como respeto de las libertades,
como ejemplo de buenas costumbres.
No podemos permitir,
que se compare a la democracia,
como capricho de las órdenes del poder,
o como el diseño de estructuras e instituciones
que sancionan, persiguen y acosan,
a los ciudadanos por atreverse a pensar,
a dialogar, a disentir, a exigir una dirección
de progreso social.
No olvidemos los conceptos de la convivencia libre y
pacífica,
no olvidemos nuestro rol de ciudadanos,
no lo olvidemos por favor,
así el poder,
día a día, busque distraernos de nuestro deber.
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