Tenemos que
hacer planes para la libertad, y no sólo para la seguridad, por la única razón
de que sólo la libertad puede hacer segura la seguridad.
Karl Popper
Hace pocos días,
muy pocos la verdad,
fuimos en busca de ayuda
al hospital de la seguridad social.
Un familiar cercano y amado,
sufría de una enfermedad,
y como jubilado y afiliado,
buscaba ayuda,
buscaba medicina,
buscaba un médico
que le diga cuál era su mal.
Recibió en emergencia
una repuesta errada,
producto del apuro,
de la congestión hospitalaria,
quiero pensar que fue eso,
y no una negligencia médica.
Le dijeron que regrese a su casa,
que no era mayor cosa,
y le dieron medicina,
para calmar el dolor.
De vuelta a casa,
el dolor no cedía,
el malestar crecía,
la angustia era desmedida.
Lo llevamos a un hospital privado,
y nos dijeron que lo que tenía era malo,
que podía morir,
que era muy grave el daño.
De inmediato,
hacer lo imposible,
sin importar los costos,
sin importar las horas,
la vida en un momento,
se convierte en un tesoro preciado,
valoras los segundos,
valoras los momentos,
miras al enfermo débil
lo miras indefenso,
estás en las manos del médico,
de la medicina,
finalmente… en las manos de Dios.
Hay un médico privado,
que con su mano admirable,
recibe al enfermo casi muerto,
y le devuelve la oportunidad de vivir,
de seguir disfrutando
de este valle de lágrimas.
Entre la admiración del hecho,
entre estos días complejos,
pienso que no todos sobreviven
en un mundo de inseguridad social.
En un lugar,
donde no hay tiempo para la persona,
porque los procesos dicen otra cosa.
Porque ahora el médico de la seguridad social,
debe cumplir unos indicadores,
unos turnos, unos procedimientos;
no debe atender personas,
sino turnos y casos.
Está obligado a deshumanizar el trato,
a convertir la consulta en una estadística,
en un número, en un momento inhumano.
¿Quién paga la seguridad social?
La pagan los afiliados.
¿Quién dirige la seguridad social?
La dirigen los políticos.
¿Quién calla ante el infortunio,
ante la falta de médicos especialistas,
ante la falta de espacios,
de camas, de medicinas,
de atención básica y humana?
Los mismos afiliados,
aquellos que mes a mes,
pagan en efectivo
un sistema de seguridad social,
que no se corresponde,
con la dignidad.
No hay campaña,
no hay propaganda que arregle,
la falta de camas,
la ausencia de médicos,
la falta de medicinas,
la inseguridad social,
que sentimos los que buscamos
una ayuda en momentos de dolor,
en momentos de desesperación.
De nada sirve el ahorro,
de nada sirve el aporte,
si el dinero se usa para todo,
menos para la salud del afiliado,
menos para la atención del aportante.
Inseguridad social,
eso siento en el corazón,
eso siento con dolor.
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