Tiempos de oscuridad
para la humanidad,
cuando la democracia
en lugar de ser el sustento
donde descansa la voluntad
del electorado o del pueblo,
es un concepto confuso
distorsionado y complejo,
que pierde su esencia
que pierde su fuerza,
que se transforma en todo
menos en la representación
en la organización
del encargo de poder
que pertenece a todos
y que unos son los responsables
temporales además,
de trabajar por el bienestar
del un colectivo total.
Tiempos oscuros
para la humanidad,
cuando la guerra,
el tráfico de personas,
y el tráfico de armas,
son las plagas que azotan
y contra las cuáles poco o nada
puede hacerse,
porque quienes las promueven,
porque quienes de ellas se benefician,
son también los que corrompen,
los que compran el poder,
los que compran las conciencias,
de aquellos que son, temporalmente,
autoridades, mandatarios y jueces.
Tiempos de oscuridad
para la humanidad,
cuando la desconfianza
se toma por asalto las conciencias ciudadanas,
porque se denuncian y se descubren hechos
que hablan del irrespeto a los derechos humanos.
Porque nuestra intimidad,
nuestra manera de pensar,
está siendo espiada,
está siendo analizada,
y el futuro personal y de la familia,
depende de lo que pensemos,
de lo que expresemos,
de lo que opinemos del poder,
de los poderosos,
de los mandatarios.
Tiempos de oscuridad
para la humanidad,
porque el respeto se pierde,
porque el respeto muere,
porque el respeto fallece
y da paso a la imposición del modelo
a la limitación de la palabra,
a la idolatría de dioses de barro,
al la limitación de la conciencia,
al olvido de los derechos humanos,
a la penalización de la opinión.
Tiempos de oscuridad,
donde la luz proviene
de fuentes que parecen débiles
pero que iluminan y dan vida:
la verdad, las buenas costumbres,
la dignidad, el autoestima,
la ciudadanía responsable,
el amor al prójimo…
es verdad,
parecería que eso no ilumina mucho,
pero esa es la verdadera luz
que guiará nuestro camino.
La gran luz es la suma,
de todas las luces posibles,
no hay que preguntar si podemos hacerlo,
hay que hacerlo sin preguntar.
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