No niego los
derechos de la democracia; pero no me hago ilusiones respecto al uso que se
hará de esos derechos mientras escasee la sabiduría y abunde el orgullo.
Henri-Frédéric Amiel
En épocas de revolución,
se inaugura una nueva asamblea,
lista para legislar,
lista para cumplir su misión:
¿cuál es ella?... ¿la misión que cumplirá?.
La teoría dice que las asambleas,
los parlamentos,
son los espacios de representación del pueblo,
donde los legisladores,
o los asambleístas,
asisten por mandato de su pueblo,
para diseñar e implementar nuevas leyes,
para vigilar la labor del gobierno,
y de las instituciones de servicio público,
para debatir nuevas ideas,
o formas de organización del estado,
para institucionalizar un proyecto de país,
que va más allá del simple discurso,
del interés personal o de partido,
para preguntar al gobierno
cuando se debe preguntar;
para interpelar al gobierno,
cuando se debe interpelar.
Esta nueva asamblea,
es especial,
no necesita de votos extra,
no necesita de pactos,
no necesita de promesas
para poder gobernar.
Se basta sola,
porque está en mayoría absoluta,
porque así lo decidieron los electores.
Decidieron que una mayoría
legisle sin control alguno.
Decidieron entregar
total confianza,
poder total,
a los asambleístas.
Entonces,
no queda más que esperar,
escuchar, analizar,
valorar, pesar,
todo lo que la nueva asamblea haga,
con poder y mayoría totales.
Vendrán las leyes,
vendrán los disposiciones,
vendrán las actuaciones,
vendrán las verdades,
llegarán los momentos
en los que que el asambleísta
deberá actuar como tal,
y en ese momento,
en ese preciso momento
valoraremos si nuestro voto tiene peso,
tiene valides y respeto…
o fue solamente el momento,
aquel de campaña
para pedir el voto
y llegar al poder,
para servirse de él.
Una nueva asamblea
de mayoría absoluta,
yo diría de responsabilidad absoluta,
porque no habrá nadie
que frene sus actuaciones,
o quizá si:
la ética, las buenas costumbres,
la moral, el respeto, la tolerancia,
la libertad… ellos,
si los asambleístas los permiten,
serán el fundamento de sus actuaciones,
caso contario
tendremos entonces
solamente imposiciones,
y despropósitos por montones.
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