Por todo eso
por los besos que me faltó darte
por las caricias que quedaron aparte,
por los deseos que reprimí
por los abrazos que escondí,
por las desgracias, por mis desvelos,
por mis iras y mis malgenios
por eso, por todo eso,
te pido perdones al corazón que tengo
que aunque le pido y le digo
que actúe como un hombre serio
me dice que sí, pero resulta que no,
que es un embustero.
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