Intenta que la pena
sea un ave pasajera,
ahuyentada por tu voz,
atemorizada por tu amor.
Sabes muy bien
que nada tienes que ver,
con el desamor que a tu puerta llega.
Lo has dado todo sin cesar,
te has dado toda al andar,
no es justo que al final
solo queden cenizas en el mar.
Levanta la mirada,
y aquel horizonte que asoma
es el que te espera,
el que de verdad llega
con tu luz y tu amor.
Sabes que no estás sola,
jamás lo has estado,
ni lo estarás nunca,
siempre hay y habrá
una mano amiga,
un hombro para llorar,
una boca para sonreír,
unos amigos para querer,
unos hijos para soñar,
y unos hermanos que siempre
te apoyarán hasta el final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario