Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir.
Fernando Savater
Hace tiempo
que no te escribía
ninguna reflexión,
quizá ocupado o distraído
en mis propias cavilaciones,
pero la verdad
es que no dejo de pensar
en ti y en lo que será
el futuro que dejaremos
para tu generación
y otras que te siguen de cerca.
Es compleja la vida,
y algunos padres priorizamos quizá
las cosas materiales,
lo que no tuvimos,
lo que siempre deseamos tener,
lo que siempre quisimos
y ya fue tarde talvez,
seguro… sin mala intensión o gana,
¡faltaba más!
Pero… olvidamos,
en algunos casos, no en todos por supuesto,
y más en el mío que en el de otros,
de sembrar en el corazón y en el alma
de quienes amamos…
el propósito fundamental de la convivencia,
las normas para el buen vivir,
los criterios de la buena acción,
unas normas y unos valores universales,
que sean en sí la fortaleza interna
el pilar sobre el cual
descansa tu vida y la vida de quienes
de ti se benefician con tu existencia.
En otras palabras,
poco valoramos a la ética
como elemento y guía
de nuestra convivencia.
Es verdad,
cierto es que hay manuales de ética,
estudios y expertos en el tema,
consejos y consejeros,
quizá en demasía…
…. lo que es escaso –y es triste recordarlo-
y difícil de encontrar
son: modelos de vida
donde la ética gobierne
las acciones propias,
las acciones personales
y luego las relaciones con el prójimo,
las relaciones entre estados,
entre naciones,
entre contrarios,
entre enemigos,
entre extraños.
Una ética que gobierne al pueblo
y por tanto ese pueblo,
ese elector, ese ciudadano,
medite y piense
a quién elige como mandatario
de su voluntad soberana.
Un elector, un ciudadano,
que coparticipe
de la construcción del Estado,
de progreso de la Patria,
de respeto y defensa
de los derechos humanos.
Una ética que gobierne
las relaciones del comercio,
las actuaciones de la justicia,
el desempeño de la función pública,
los servicios privados y públicos,
en fin…
que sea la senda
por la que caminamos todos.
Mira lo que he pensado,
quizá puede que sea
un poco exagerado,
pero no veo otra salida
al desprendimiento actual
al desconocimiento formal que existe
de los valores,
de los principios del convivir humano.
No esperes jamás,
que las cosas vayan a cambiar,
si primero no cambiamos los ciudadanos,
si de verdad no renunciamos
a intereses mezquinos
y de verdad trabajamos
por ser cada día mejores seres humanos,
la suma de esas acciones
seguro será en el largo camino
los simientes de lo que de verdad
queremos que sea nuestro legado:
que la ética gobierne en ti
mi querido Santiago,
espero lo veas en mí
mientras esté a tu lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario