jueves, 16 de octubre de 2008
Sobre la tolerancia, Cartas a Santiago mi hijo
Hijo mío,
hoy llegas a casa
y me cuentas triste,
que otros niños,
han faltado al respeto
a alguien que aprecias y quieres.
Te veo triste…
intentando entender,
¿cómo alguien puede hacer eso?.
Te escucho y…
aunque te parezca una locura
me alegro…
no por lo que ha pasado,
sino por tus sentimientos.
¿Cuánta gente vemos día a día,
vejada, ofendida,
faltada al respeto
de manera inmerecida?.
¿Cuántas personas sufren
de maltratos violentos?.
a algunos se les nota en la cara,
por los moretones,
por las lesiones.
A otros, sobre todo a otras,
los moretones no se ven,
están en el alma,
ocultos, silenciosos,
pero atroces,
y violentos.
Nadie duda
que entre la gente existan
diferencias, divisiones…
pero eso no justifica
el maltrato,
la mala hora.
Peor aún,
los niños del mundo,
paradigma del futuro,
garantía del nuevo mundo,
deben entender que el respeto,
la tolerancia y el respetar a todos,
es parte,
debe ser parte de la persona misma,
del ser humano verdadero.
Así empiezan los irrespetos,
desde pequeños,
como si fuera un juego…
sin pensar siquiera,
que ese comportamiento,
siembra angustias,
siembra miedo.
Me alegro por ti,
hijo mío querido,
por tu corazón sensible,
por tu corazón dolido,
mas no quiero,
que solo en eso quedes,
en una preocupación ahora,
en un olvido mañana.
No tengas miedo y defiende,
la verdad, el honor
y el respeto,
que a nadie falten,
que a nadie irrespeten,
peor los niños,
que son el despertar del mañana.
Enséñales que con amor,
vivir podemos,
que los sentimientos…
son buenos…
que dar la vida por alguien…
de verdad
es el mejor de los comportamientos.
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