jueves, 5 de junio de 2008

Verde esperanza o... verde destemplanza



El día del ambiente,
es hoy y escucho de todo,
la alegría de la gente,
la tristeza del indigente.

Desfiles, homenajes,
publicaciones y declaraciones,
de políticos y funcionarios públicos,
se repitien como siempre.

Promesas, datos amargos,
escasez, y mucho llanto,
hambre, sequía e inundaciones…
ser repiten, no como siempre,
sino… últimamente.

Reclamos, denuncias,
a quienes mal han hecho,
a los políticos maltrechos,
a los dirigentes ineptos,
a los fondos desechos,
a los proyectos vacíos,
a los sueños partidos,
que en nombre del ambiente,
se ofrecieron, vendieron,
como promesa perversa
de un futuro que sin nacer,
había muerto,
asesinado vilmente
por la ambición de la plata,
por la fama barata
y la ignorancia creciente.

Un día como todos,
los que se celebra algo.
propósitos de enmienda,
confesión de los pecados
y un montón de regalos,
pero por dentro nada,
ni un solo cambio.

El domingo en la tarde…
por las calles vacías anduve,
basura en las calles,
pintura en las paredes,
las aguas sucias,
el río contaminado,
los autobuses urbanos
fumando y botando
un humo que ahoga
a cualquier ciudadano…
más no era ese
el día del ambiente
y por tanto permitido era
ensuciar, contaminar
y al respeto faltar.

No nos vayamos lejos,
no pretendamos el mundo arreglar,
limpiemos nuestra casa
o, mejor aún,
no la ensuciemos
ni contaminemos día a día.
Capaces somos de apedrear
al industrial inconsciente
al minero contaminante,
y a todo aquel,
que el medio ambiente daña…
pero nada decimos
a quienes la basura botan
en ríos, calles y diversas partes,
a los que el volumen suben
para escuchar “su” música joven,
a los que las calles pintan,
a los que el agua no cuidan.
La suma de estos mínimos
produce al final,
un golpe mortal al ambiente.
Regalemos en este día,
y todos los días,
un compromiso personal
e inteligente.

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