jueves, 10 de enero de 2008
Libertad
Ya está, ya están liberadas,
dos de los cuarenta rehenes
secuestrados por las FARC,
han sido liberadas.
Las cámaras, la luces,
los micrófonos, las lágrimas,
las palabras, las emociones,
circulan a borbotones.
Los que quedan…
con la esperanza en los labios,
con el corazón en la boca.
No es un triunfo,
es un acto de justicia,
que no libera al secuestrador
de su responsabilidad histórica,
que no cura las heridas,
que no devuelve el tiempo perdido,
que no otorga presea alguna.
Como este acto,
deben haber muchos,
debe haber uno
que les devuelva la libertad a todos.
Que la incoherencia del
desgastado discurso narcoguerrillero
acabe por siempre,
y junto con ello,
acabe el descaro de una guerra,
que enriqueció a muchos,
que mató a tantos,
que marcó a todos,
y que ha demostrado,
que la mente humana
aún es capaz de todo,
por el beneficio de unos cuantos.
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