viernes, 25 de enero de 2008
Huida a Egipto
En pleno siglo XXI,
hijo mío veo cosas que asombran,
no entiendo a este mundo,
parece ser que las personas no importan.
Miles, cientos de miles,
palestinos todos,
cuyo pecado es ser tales,
rompen una barrera
por los hombres impuesta,
e intentan huir por momentos,
a una libertad inquieta,
que les permite comprar,
el pan, el combustible, el aire para respirar,
Y es que en esa tierra,
en la que Jesús nació,
creció, compartió y murió,
aquella que vio como
unos lo amaban
y otros, lo odiaban,
desde tiempos inmemorables,
los hombres se han disputado
el derecho a compartir un trozo
de su divinidad,
o al menos…
al limitado concepto que de ella
tienen los ellos en la tierra.
No entiendo hijo mío,
y no creo que nadie…
con un poco de inteligencia,
entienda por qué los débiles,
los desamparados,
aquellos ciudadanos
que nacieron y crecieron
en un lugar, en una tierra,
que les tocó nacer y vivir,
paguen las culpas de quienes
se han autodenominado
portadores, herederos,
de la verdad histórica,
de la verdad de Dios,
de la verdad de su dios.
Y al margen de ello,
de mesiánicas palabras,
de liturgias, de rezos,
de religiones y discursos,
de balaceras, de matanzas,
de noches sin vela,
de llantos, de un lado y otro,
la vida no es vida,
y el odio es la meta,
que a la violencia da paso,
la muerte es la verdadera respuesta.
Los terroristas, de un lado y otro,
los unos, con disfraz de guerrilla,
los otros, con el de soldados,
saldan sus cuentas, no importa,
el ciudadano común,
el niño que en la escuela,
aprende a odiar de sus maestros,
al que de su color no es,
al que de su religión no parece,
y todo por Dios,
como si de eso se tratara.
La huida a Egipto,
nos trae a la memoria,
que como sociedades,
superar no hemos logrado,
encontrar otro lenguaje
que el de las armas malditas,
el del ojo por ojo,
el del diente por diente,
mientras los líderes,
lo piensa, declaran, caminan,
la gente se muere,
la gente desespera,
se pregunta el por qué,
por qué a ellos,
que culpa tienen,
de una disputa,
que de seguro no importa,
pero que a pocos,
de comer da,
publicidad provoca,
y fama mediática importa.
Como sociedades buscamos,
hemos buscado siempre
el bienestar ciudadano,
educación liberadora,
salud preventiva,
respeto al prójimo,
trabajo digno
y el tener al amigo,
a la persona querida,
futuro para los hijos,
presente para nosotros.
No pedimos más,
parece ser difícil.
Pido a Dios siempre,
que tu futuro,
en nada parezca
al que con dolor comparto,
espero como el que más,
que cuando mis años tengas,
no haya en el mundo,
una Ruanda sangrante,
una Kenia punzante,
una Palestina abandonada a su suerte,
una Colombia atacada,
una Bosnia derrocada,
una humanidad enfrentada,
pues lo que vivimos en el país
no es nada…
es verdad,
no es nada hijo mío,
con el perder el futuro,
la vida, el ser querido…
ni Dios quiera.
Cuando los titanes luchan,
sufren quienes cercan están.
De nada valen marchas,
vítores pagados o no,
si en el estómago la comida no está,
si en el corazón la tranquilidad se esfuma,
si en el alma, la esperanza se diluye.
No quisiera que jamás huyas,
ni a Egipto ni a lugar alguno,
por errores y culpas de quienes
te gobiernan por turno,
que vayas y vuelvas porque quieres,
no porque te han obligado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario