El abandono y la humillación es lo que más estrés nos provoca
Eduardo Punset
Mientras
la forma de hacer política
replica y repite
maquiavélicas prácticas,
entuertos, dimes
y diretes,
un sentimiento de abandono
se respira y vive
en esto que llamamos patria.
Los enfermos sin medicina,
la seguridad social saqueada,
le desnutrición infantil avanza,
el embarazo juvenil sin freno,
los niños y los jóvenes
de ciertos sectores
reclutados por las mafias,
en lugar de soñar
en futuros y tiempos de paz.
Mientras esa clase política
pelea, discute, patalea
y se acusa de lo que es
y de lo que no es,
deja de lado el verdadero interés:
el país y sus ciudadanos.
¿Es difícil para esa gente,
pensar y actuar en?:
¿cómo mejor al país?
¿cómo hacer
para que la gente genere más empleo,
más riqueza, más oportunidades?
¿cómo acabar con todas
esas leyes desgraciadas
que fueron creadas
para monopolizar a la patria?
¿cómo lograr atraer
inversión extrajera,
cooperación para el desarrollo?
¿cómo generar oportunidades
para que nuestra gente
pueda hacer negocios con el mundo?
¿de qué manera
se puede apoyar a niños y jóvenes
y a aquellos que quieran aprender,
para que el camino del aprendizaje
sea alegre, de calidad y útil?
¿cómo proteger nuestro ambiente,
nuestra biodiversidad,
nuestros recursos?
¿cómo ser más eficientes
y dar un servicio público digno?
en fin…
tantas y tantas preguntas
que se me quedan por escribir
y que el sentido común
la grita todos los días,
mientras todos los días
los desgraciados involucrados
en el ejercicio de la política
hablan de todo,
menos de lo importante,
vital y necesario.
Definitivamente
estamos abandonados,
humillados y olvidados.
Rogando por atención
en los servicios públicos,
mendigando medicinas
y mirando a algunas autoridades
y a políticos en ejercicio,
hacer lo que les da la gana.
No es queja,
es resentimiento,
desazón y desconsuelo.
Ahora,
ante el abandono,
tenemos la obligación
de apoyarnos y cuidarnos
como sociedad
y como seres humanos.
La historia
tiene infinidad de testimonios
que cuentan cómo las personas
superaron el abandono
y fueron mejores
de lo que ellos llegaron a soñar.
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