(Aunque lo sabíamos)
Nos habían comprado
con falsas promesas
y muchas mentiras.
Les creíamos los que decían,
a sabiendas que era mentira.
Y así llegamos al tiempo,
donde solamente habían palabras,
mentiras, gritos y amenazas,
y no había con qué
sembrar la tierra
alimentar a la gente,
calmar la sed, apagar el fuego
y tranquilizar el alma.
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