jueves, 14 de junio de 2018

Tiranos contemporáneos


Los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados
 y ningún hombre de espíritu elevado les adulará
Aristóteles

Tiempos de tiranos contemporáneos,
disfrazados de dioses de barro,
de líderes democráticos.
que llenan sus discursos
de palabras vacías,
y sus cuentas bancarias,
de suculentos recursos,
que no les pertenecen,
porque que se roban del electorado.

Tiranos contemporáneos,
que llegaron al poder,
gracias a una suerte electoral,
gracias a un sistema
que dice que democracia
en solamente votar en elecciones,
sin conocimiento de causa,
sin control,
sin criterio,
sin sentido común.

Instalados en el poder,
los tiranos contemporáneos,
disponen de todo lo que está a su alcance,
poderes públicos, cuentas, dinero,
bienes, destinos, corazones y caminos.
Asaltan el poder,
y silencian la palabra,
intimidan, encarcelan y matan,
a los que les critican.

Sobornan, gratifican y protegen,
a los que los secundan,
sin importar si son mafiosos,
delincuentes, narcotraficantes o asesinos,
y peor aún, si son ignorantes,
que se creen todo lo que leen,
o todo lo que les dice el tirano contemporáneo.

Tiranos contemporáneos,
cuyas manos están
llenas de sangre,
llenas de impunidad,
llenas de abusos,
llenas de prepotencia,
llenas de mentiras,
llenas de horror.

Ejercen su poder de manera tal,
que se olvidan que son mortales,
que son pasajeros,
que si bien la justicia,
no los puede juzgar,
mientras están en el poder,
el tiempo es un juez eterno,
que juzga cuando llega el momento.

Tiranos contemporáneos,
que viven en nuestros tiempos,
que están ahí,
protegidos por los poderes complejos,
de los intereses económicos,
protegidos por el narcotráfico
y la ambición  insaciable de tener más,
sin importar si los que los eligieron
mueren de hambre,
mueren enfermos,
mueren… sin esperanza.

Si los que los eligieron,
deben abandonar su país,
y empezar una nueva vida,
que no se llama vida,
tratados como refugiados,
como invasores,
como extraños,
los desplazados por los tiranos,
no solamente enfrentan el hambre,
sino el maltrato
de quienes los ven caminar,
por países extraños,
que no estaban preparados para recibir
a  “esos” que llaman “extraños”,
que deambulan buscando,
la oportunidad que su gobierno
nunca les pudo dar.

¿Hasta cuándo aceptamos esto?,
¿hasta cuándo un desgraciado,
que se autodenomina presidente electo,
hace lo que le da la gana:
roba, mata, calla, destruye,
y acaba con todo lo positivo,
el futuro, el destino de un pueblo?,
sin que haya nada ni nadie que pueda
decirle basta,
y peor aún,
que hayan otros más desgraciados,
que los aplaudan,
que los defiendan,
que digan que darían la vida,
por aquellos que han quitado la vida
a decenas, centenas y millares
de personas inconscientes y abandonadas.

Tiranos contemporáneos,
seres despreciables,
que caminan por ahí,
impunes, y rodeados por criminales,
instalados en su poder
con la complicidad de una sociedad
que no se logra organizar
contra el criminal y contra el mal.

No hay comentarios: