Cuanto más siniestros
son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de
su lenguaje
Huxley, Aldous"
Vivimos una constante
campaña política,
de promociones de
obras,
de promociones de
ideas,
de descalificaciones
políticas,
de acusaciones y
amenazas.
El discurso político,
se ha ido construyendo
en torno al imaginario
popular,
en torno a lo que
queremos escuchar,
a lo que nos gusta
escuchar.
El discurso político
reconstruye escenarios
de un presente
que se muestra como el
político requiere:
exitoso, desastroso,
animoso o pomposo.
El discurso político,
ya no lo escribe el
candidato,
lo escribe el asesor de
turno,
el especialista en
saber
lo que la gente quiere
oír.
El discurso político,
hace énfasis en los temores
del electorado,
y le recuerda
permanentemente
que no es bueno votar,
elegir o apoyar
por quienes lo hicieron
mal,
o lo van a hacer mal.
Porque el discurso
político
tiene esa
particularidad,
anticiparse al futuro,
construir imaginarios
y escenarios mágicos,
que el político
vaticina
cual brujo o mago,
que mira en una esfera
lo que le pasará al ser
humano.
El discurso político
evita analizar
el ejercicio pleno
y la propia
responsabilidad
del político en el
poder,
y lo envuelve en un
manto
de total impunidad.
El discurso político
ha cambiado,
ya no es el pensamiento
del candidato
o del político en el
poder,
es todo lo contrario:
el discurso se impone a
la persona
a aquella que lo habla,
que lo dice y lo repite
por doquiera que vaya.
Y lo que repite,
son palabras, son frases
estudiadas
para que toquen las
fibras,
los sentimientos y las
ganas
a quienes se llama
pueblo,
a quienes se llama
electorado.
Es bueno,
escuchar el discurso
político,
es bueno, en el sentido
de analizarlo y
criticarlo,
con el objeto de mirar
si aquellas palabras
son de verdad,
o contienen una trampa
que sirve para atrapar
el voto,
y atrapar la voluntad
ciudadana.
El discurso político,
ahí está,
no solamente en las
tarimas,
lo está en la radio, en
la televisión,
en las paredes de las
calles,
en las visitas de los
candidatos,
en documentos y videos,
en palabras y cuentos.
El discurso político,
¿cuánto atrapa de ti?,
¿cuánto de ti hace o
deja de hacer?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario