Atrapado en tu luz,
preso de tus besos,
decido para siempre,
no dejar jamás
la dulce condena
de tu amor perpetuo.
Ya quisiera que así fueran las penas,
como tus besos,
que alimentan el alma
que provocan deseos,
que inspiran,
que dan vida.
Como tus abrazos,
que atrapan
la magia del amor amado,
la magia del amor adorado,
aquella magia,
que antes parecía cosa de magos
y que hoy…
la tengo en mis manos.
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