viernes, 21 de septiembre de 2012

Tiempo de incoherencias


Peligrosa es la democracia, en la que la incoherencia
es la acción y la palabra

Incoherencia es
cuando la palabra
no se corresponde con la acción,
cuando un hecho
es un absurdo,
un sin sentido,
algo incomprensible.

Peor aún,
es la incoherencia aceptada,
cuando la incoherencia
parece verdadera,
parece cierta.
Es más, felicitada y vitoreada,
convertida en forma de vida,
en ejercicio de la política,
en aliada del poder.

La incoherencia aceptada,
la incoherencia que vive en democracia
es quizá la mas peligrosa
porque se ha tomado
los corazones y almas
de un pobre electorado
que mira casi obnubilado
como el poder obtiene mas poder.

Los tiempos de incoherencias,
de incoherencias aceptadas,
son tiempos donde con el dinero público
se financian campañas políticas
de movimientos políticos privados.
Tiempos en los que con el dinero público
se hacen negocios privados
y nadie puede decir o hacer nada.
Tiempos en los que con el dinero público
se hacen obras públicas
y por ello deben ser felicitados
reconocidos, aclamados y vitoreados,
quienes tienen la obligación de hacer esa obra,
quienes son pagados para hacer esa obra
quienes han recibido la responsabilidad
de ser funcionarios responsables
de hacer obras públicas y gestión pública.

El los tiempos de incoherencias
los poderes del Estado
no son independientes,
son interdependientes,
o dependen quizá de un solo poder,
y por ello no pasa nada,
nadie puede decir o hacer nada,
y lo que es peor,
se mira este hecho
como algo normal,
algo que debía pasar,
algo que quizá sea bueno,
algo que esperamos no sea malo.

En los tiempos de incoherencias,
se confunde y tergiversa
el concepto de unos medios de comunicación
a los que se llama públicos,
pero que en realidad están privados
de la libertad de la palabra
porque están al servicio del poder.
Olvidando que un medio público de comunicación
no está al servicio de nadie,
sino de una sociedad a la que debe informar
con el mayor grado de verdad, credibilidad
e imparcialidad.

En tiempos de incoherencias,
el “divide y vencerás”,
en la forma más adecuada
para continuar en el poder.

En tiempos de incoherencias,
la ciudadanía responsable,
es una ciudadanía que no logra unirse,
que no logra hacer fuerza,
que no valora el poder de su palabra,
de su acción, de su unión.
Una ciudadanía
que sería capaz de lograr
los mayores cambios sociales,
empezando por su propio cambio.

En tiempos de incoherencias,
el “dejar hacer, dejar pasar”,
en la actitud de la mayoría,
una actitud simplista,
una actitud que busca,
“no complicarse la vida”,
pero que permite que nos la compliquen
quienes viven de la incoherencia
como una forma de vida.

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