El rumor es
como un cheque: no ha como darlo por bueno,
hasta que no se
compruebe, que tiene fondos
Anónimo
El rumor,
antigua arma de guerra,
que se usa hoy con eficacia,
porque aún produce
el efecto deseado.
Una vez que el rumor,
circula por las calles,
encuentra terreno fértil,
en oídos y mentes
de los ignorantes,
que asumen como verdad,
la mentira del rumor,
que toman la bandera del rumor,
como la bandera de la verdad.
Antiguamente,
en las guerra entre los pueblos,
y en las guerras actuales,
el rumor es un arma de combate,
genera dudas,
destruye la unión de los pueblos,
acaba con la imagen del líder,
se aprovecha de la gente,
que se encuentra débil,
que su estado de ánimo,
está por los suelos.
Pero también el rumor,
está presente en la sociedad,
en nuestra sociedad,
y se usa y sigue usando
desde la clandestinidad,
por gente que sin escrúpulos,
aprovecha el anonimato
y lanza al aire
supuestas verdades,
autodenominándose
“defensores de la verdad”
“abanderados del bien”
“luchadores contra el mal”.
El rumor llega hoy,
a diferencia del pasado,
a través de la red,
a más personas,
a más destinatarios.
Y cuando la gente lee el rumor,
duda, se pregunta ¿hasta dónde será verdad?,
¿qué será verdad?, ¿qué será mentira?.
Basta que se haga esas preguntas,
para que haya sido víctima
del rumor desgraciado,
que ha tomado por asalto,
la buena fe de su víctima.
El rumor llega,
al oído del ignorante,
que cree todo lo que lee,
que cree todo lo que escucha,
que se alegra o se apena,
por el contenido del rumor.
Y eso no queda ahí,
porque enseguida
lo transmite, lo aumenta,
lo avala, le da crédito,
lo convierte en verdad.
Olvidando entonces,
que el rumor es una cruel mentira,
porque nadie asume
la verdad de los dichos,
no hay nadie,
que ponga la cara,
que asuma como persona de bien
el contenido y la razón de esas palabras,
que convertidas en rumor,
no deberían jamás,
ni siquiera ser leídas,
peor aún, analizadas.
Y es que el clandestino,
el anónimo,
que escribe el rumor,
transmite el resentimiento
que tiene en lo que le queda de corazón.
Es la envidia la que le dicta las palabras,
es la impotencia la que lo empuja,
es la ignorancia la que lo aplaude,
es la venganza la que lo alimenta.
Ante el rumor, calma,
ante el rumor, inteligencia al actuar,
ante el rumor, paciencia,
ante el rumor, dignidad.
Si el rumor llega,
y encuentra oídos sordos,
y encuentra que su mentira,
no tiene cabida,
irá muriendo,
como muere el corazón,
de quien lo escribió.
No le temas al rumor,
que tus actos, que tu vida,
sean escudos y herramientas,
que al rumor no den cabida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario