Murió el poeta,
dejando a su paso,
una larga estela,
de pensamientos,
de recuerdos,
de cosas vividas.
Murió el poeta,
y con él,
la sencillez del verso,
la amistad sincera,
la pasión por la vida,
el abrazo fraterno.
Murió el poeta,
dejando en nuestras manos,
su testimonio de vida,
sus poemas humanos.
Murió el poeta,
y me embarga la tristeza,
más en el eterno cielo,
volverá seguro,
a los brazos de su amada,
que se adelantó en el viaje,
para preparar su llegada.
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