Cuando me vaya,
no olvides escribir,
a la dirección de mi alma.
Cuando me vaya,
olvida por favor,
aquel mal rato,
aquel momento ingrato.
Cuando me vaya,
quédate por favor
con este sentimiento de amor,
con este “te amo”,
que no acaba con mi ausencia,
que sigue eterno en el tiempo,
como tu belleza.
Cuando me vaya,
olvida mi presencia,
y disfruta mi ausencia,
pues no me iré…
-la verdad-
estaré escondido
en tu corazón encendido,
caminando contigo,
besando tu mano,
luchando contra el olvido.
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