Días de independencia

La felicidad general de un pueblo descansa
en la independencia individual de sus habitantes
José Martí

Nos recuerda la historia
año a año,
y las Instituciones Públicas
lo hacen desde antaño,
los hechos de la gesta libertaria
que hizo a un lado
la dependencia de la Corona Española.

La historia,
escrita por hombres
y dictada por corazones,
reconoce la participación
de los patriotas lojanos
que se pronunciaron
a favor del movimiento libertario.

Se supondría entonces
que a partir de allí
la libertad de los ciudadanos
sería el valor sublime
de la nueva Patria.

Cada año celebramos
la libertad de la ciudad,
la libertad de la Patria,
es más,
celebramos el Bicentenario
del movimiento libertario,
que levantó muy en alto
los valores de la Francia republicana:
libertad, igualdad y fraternidad.

Mas siento en el alma,
que la independencia anhelada,
no es más que una historia
que se escribe pero no se vive,
por ello no quisiera vivir
adormitado pensado
¡que soy libre!
cuando en realidad estoy atrapado
en una realidad siniestra
que oculta la verdad de las cosas
a través de mentiras
que engañan al alma,
cual migajas malvadas
que alimentan de a poco
un deseo que no acaba.

¿De qué independencia me hablan?
cuando caminamos
hacia el destino que marcan
de las ideologías fundamentadas
en el populismo y la palabra barata.

¿De qué independencia hablamos?
si se legisla en función
de la amenaza y la sanción.

¿De qué independencia me hablan?
si la riqueza se concentra cada vez
en pocas, poquísimas manos.

¿De qué independencia hablamos?
si el poder público
hace lo que le da la gana,
olvidando que su misión primera
es el bienestar ciudadano.

Tengo la terrible sensación
de que solamente cambiamos
el nombre del conquistador
y que seguimos sometidos
al interés de unos pocos,
que se rifan los bienes públicos
y que no trabajan
por el bienestar ciudadano.

Tengo la terrible sensación
de que nos acomodamos
y por momento disfrutamos
con ser solo espectadores,
pues no queremos involucrarnos
en construir una libertad
que depende y sobre todo
de los ciudadanos,
aquellos que asumen
que no están en esta vida de paso,
sino que dedican su esfuerzo
a hacer realidad aquel mundo ideal
que releemos en las historias
de los días de la independencia.