La campaña de la violencia,
empieza a dar sus frutos,
el desorden reina,
y nadie sabe qué hacer.
tenemos un dictador
que encubierto en un manto
de falsa santidad
nos lleva a todos
al peor de los precipicios.
Quiera Dios,
hijo mío,
que tengas tiempos mejores.
no tengo miedo de mí,
ni de tu madre,
me preocupa que no tengas
que no te queden
esperanzas,
ilusiones,
deseos buenos,
ganas de vivir,
alegrías,
sentimientos de paz,
momentos de felicidad,
sentido de familia,
amor a la eternidad.
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