viernes, 25 de abril de 2008
Mandatos mordaza
Cuenta la ciencia
que el Estado de Derecho
es aquel en el que se respeta
el debido proceso,
la oportunidad de impugnar
lo que se cree mal hecho.
Cuenta asimismo
que el absolutismo
es un sistema de gobierno
en el que todos los poderes
se encuentran reunidos,
sin limitación alguna
en una sola persona,
o institución estatal.
Cuando se nos preguntó
si queríamos ver la luz
si queríamos dar vuelta a la página,
cambiar el país viejo,
tener un nuevo país,
dejar la troncha y la trinca,
acabar con la mediocridad,
dijimos: ¡si!.
Cuando se planteó
la posibilidad constitucional
de formar una Asamblea tal
que con plenos poderes
e independencia estatal
marque el rumbo
de la nueva sociedad,
dijimos: ¡si!.
Cuando se nos preguntó
si cansados estábamos
de arbitrarias decisiones,
de la toma por asalto
de los poderes estatales,
dijimos: ¡si!.
Cuando nos plantearon
una nueva forma de ver
y las cosas hacer,
dijimos todos,
o la mayoría al menos,
que hacía allá
queríamos ir.
Mas con preocupación,
pena e indignación,
veo el camino recorrido
por quienes fueron elegidos
asambleístas del país,
y no de País.
El reloj marca imparable
el paso de las horas claves
y la historia registra
superficiales debates,
gritos amenazantes,
acusaciones criminales.
Reuniones, declaraciones,
fotos, videos y vidrios rotos.
Un puñado de artículos
retóricamente redactados
y algunos famosos mandatos.
El debate existe,
pero es entre unos pocos,
aquellos iluminados,
que redactan lo aprobado,
que de paso lo llaman mandato,
figura desconocida tal
en nuestro derecho constitucional.
La Constitución vigente,
de nada sirve,
de nada vale,
no es referente de nada,
pues fue la culpable
de nuestros pasados males;
incluso es palabra mala
y hay que borrarla.
Lo que ellos hacen
es la verdad intachable,
y “ya trabajan”
para que la gente la avale.
Y todos los mandatos
son absolutas verdades,
no pueden ser impugnados,
demandados o reclamados,
pues fueron redactados
con disposiciones mordaza,
fundamentadas en la nada,
que nos obliga a cumplir,
que nos impiden ejercer
derechos que están,
o estaban… no lo sé,
vigentes hace casi nada.
Transcribo su texto,
juzgue la ciudadanía el resto:
Este mandato es de obligatorio cumplimiento y en tal virtud, no será susceptible de queja, impugnación, acción de amparo, demanda, reclamo, criterio o pronunciamiento administrativo o judicial alguno y entrará en vigencia en forma inmediata, sin perjuicio de su publicación en la Gaceta Constituyente y-o en el Registro Oficial.
Termino diciendo
que es verdad
que en el pasado
se abusó del amparo constitucional
y las demandas de incosntitucionalidad,
mas no por ello
sin análisis previo
a la basura botemos
los derechos plenos
las garantías constitucionales
de todos los ciudadanos.
Me opongo y me opondré
a toda forma de explotación,
venga de donde venga,
sea del color que sea
y peor aún
si disfrazada viene
de democracia renaciente.
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