viernes, 12 de septiembre de 2025

Indiferencia y olvido

La muerte no es enemigo, señores. Si vamos a luchar contra alguna enfermedad hagámoslo contra la peor de todas: La indiferencia

Robin Williams – en la película Patch Adams


La enfermedad llega,

sin anuncio, sin edad,

sin golpear la puerta

y sin avisar.


La enfermedad llega,

y trastoca vidas, rumbos,

planes y anhelos.


La enfermedad llega,

y nos transporta

a una realidad desconocida,

donde encontramos

a personas y familias,

que viven, luchan y conviven

con la enfermedad.


No estás solo,

son muchos

los que viven y conviven

con esto llamado enfermedad.


Afecta: sí,

golpea: sí,

desanima: sí,

mortifica: sí.

Por eso,

el ejercicio de no ser indiferentes

ante al enfermedad

es el primero de los deberes.


Entender, comprender,

ser sensibles, solidarios,

y no olvidar,

que la enfermedad puede llegar,

no como castigo,

si no como parte del camino.


Niños, jóvenes, adultos o viejos,

todos pueden enfermar,

del algo grave o de algo trivial,

pero todos necesitan,

esperan y confían 

en contar con compañía,

medicina y atención.


La indiferencia y el olvido,

ante al enfermedad,

no cabe, no pueden caber.

Que haya indiferencia y olvido

ante la enfermedad,

ante los enfermos,

ante sus familias,

es equiparable

a los crímenes de lesa humanidad.


Gobiernos, instituciones,

organizaciones y personas,

debemos comprometernos,

desde nuestros diversos roles,

a no ser indiferentes

a no olvidar la enfermedad,

a los enfermos, a los cuidadores,

a las familias, a aquellos que trabajan

en los servicios de salud

y los que puede investigar

nuevas formas de curar.


Que el olvido y la indiferencia,

dejen de ser,

la peor enfermedad.


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