Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil
Thomas Reid
Una madre,
con su hija enferma,
recorre horas en un bote,
en una lejana población
de un país sin timón,
buscando atención médica.
Lo único que logra,
es un diagnóstico
de la salud de su país:
no hay médico, no hay medicina.
Un hijo,
busca desesperado
que el tratamiento de su padre,
no se detenga, no se acabe,
porque ese Estado,
tiene plata para otras cosas,
menos para la salud de sus ciudadanos.
Una familia,
viaja todas las semanas
desde su pequeña ciudad,
a la gran ciudad cercana,
que cuenta con un mediocre
servicio de salud,
que, a cuenta gotas,
brinda salud, como si fuera un desecho
y no un derecho.
Un Estado,
un gobierno,
una sociedad,
que olvida el dolor
de los más débiles,
de los más necesitados,
podría decirse
que es una sociedad
que ha perdido lo humano,
o que está próximo a perderlo.
Y así, como con la salud,
pasa con servicios tan básicos
como la educación, la justicia,
la alimentación, el trabajo,
y con una condición de dignidad
que casi se ha olvidado.
Somos tan fuertes,
como lo son,
o como lo deberían ser
los más necesitados:
niños, jóvenes, ancianos,
sanos, enfermos,
desocupados, sometidos,
desanimados, olvidados.
Ojalá,
jamás sintamos
en carne propia
el dolor de la impotencia
el dolor de la pérdida,
el dolor del corazón,
la punzada de la angustia,
cuando los que amamos,
no pueden ser atendidos,
no pueden ser salvados,
porque el estado, el gobierno
y la sociedad, se olvidó de ellos.
Necesitamos una cadena,
pero de humanidad.
Hemos olvidado,
que hace poco,
los seres humanos
creamos mecanismos macabros
para acabar unos a otros
y que seguimos construyendo
narrativas y armas para justificar
lo injustificable
y seguir dejando de lado
a los más débiles y necesitados,
que no necesitan solamente ayuda,
si no también sostén y esperanza.
1 comentario:
Roberto: Sensible descripción de lo que es el dolor y la impotencia ante una sociedad deshumanizada , carente de sentir el sufrimiento de un padre o madre jefe de familia que mira con desesperanza el presente y futuro de sus hijos; la indolencia de un Estado insensible y poco ético cristiano, no nos enajenemos ,sigamos siempre críticos y altivos.
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