La solidaridad
es la ternura de los pueblos
Gioconda Belli
Mientras
un gran porcentaje
de la clase política
vive sus públicas rencillas,
complica los procesos (y la vida),
desgobierna y malgasta
los recursos públicos,
un electorado maltratado
vive los efectos de la pobreza
el abandono, el olvido
y las afectaciones
al medio ambiente.
La gente sufre
y apelamos a la solidaridad de todos.
La gente responde
y en acto solidario
se unen manos y recursos.
Parecería que la solidaridad,
una de las artes perdidas,
se activa ante el desastre,
el acontecimiento catastrófico
que circula en canales
de comunicación.
Necesitamos cultivar
la solidaridad,
no para ciertos momentos,
si no como parte de la vida,
de este ejercicio de vivir.
Necesitamos descubrir
y hacer florecer,
condiciones fundamentales
para que la solidaridad sea
un día a día en nuestras vidas:
compasión, colaboración,
apoyo mutuo,
responsabilidad compartida,
generosidad, empatía.
Seguramente,
muchas virtudes más
nos hará ser siempre solidarios.
No son, solamente,
bonitas palabras o conceptos,
son, sobre todo,
formas de vivir,
de tener un propósito
de evitar ser como aquellos
que viven del cuento,
la mentira y el engaño.
Ser solidarios por convicción,
por dignidad y humanidad
y no por obligación,
por momentos o por interés.
¿De qué lado de la solidaridad estás?
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