Al final,
hay que levantarse
y volver a cantar,
y empezar a caminar.
Caminar de nuevo,
hasta la siguiente caída,
hasta el siguiente golpe de la vida.
Al final,
lo que queda es el corazón,
que vive de ese amor,
presente y pasado,
de un amor puro
que lo cuida y lo ama.
Al final,
son estos versos viejos,
pero llenos de paz.
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