jueves, 20 de mayo de 2010

Sencillez


Sencillez

Los dedos de la nieve
repiquetearon
en el tamboril
del espacio.

Parábolas de nubes
forman un halo
de cristal,
sobre el monte nevado.

Una línea
y un plano.

Quiero poner mi vista
sólo en el espacio,
que es sencillo
y a la vez complicado.
José María Hinojosa



La sencillez es la grandeza,
dijo el poeta Martí,
y nos regaló una frase con firmeza
del deber ser, de quienes estamos aquí.

Muchas veces buscamos
en modelos importados,
en lejanos parajes maquillados
los lugares anhelados
para disfrutar y vivir,
como si la belleza fuera
lo que el dinero compra
lo que la fama vende…
lo que está de moda.

Y esa visión contaminada,
que contamina de a poco
lo que somos y cómo somos,
nos aleja de un concepto intenso:
la sencillez…
de la vida, de los detalles,
de los sentimientos,
de los corazones y las calles.

La sencillez de una vida
que no necesita de maquillajes
superfluos todos,
para engañar la alegría
que produce ser persona… ¡ser vida!.

La sencillez de los sentimientos
que no hace de lado los lamentos
pero que aprende de ellos,
y los transforma en buenos deseos.

La sencillez del campo,
de los parajes, de las flores,
de los ríos y los árboles,
de los paisajes y los colores,
de un país, de una provincia,
de un cantón o de una parroquia,
que amamos con intensa locura,
pero que a veces olvidamos,
que en la sencillez de la forma
está la belleza, que tanto se añora.
La sencillez con la que habla
nuestra naturaleza y nuestra madre tierra,
que nos pinta de colores y olores,
los paisajes más intensos,
y que no vemos aunque cerca estemos,
pues nuestros ojos y sueños
miran mucho más lejos
y se olvidan de apoco
que acá, que lo que tenemos,
encierra la sencillez de la vida,
de la diversidad encendida,
de la naturaleza perdida.

Se pierde de a poco,
la sencillez de caminar por el campo,
por los senderos, cruzando ríos y arroyos.

Perdemos la sencillez de apreciar
un paisaje natural
y conversar con él,
como si conversaras con Dios.

Perdemos la capacidad de ver
con la sencillez del corazón
a la naturaleza como un don,
y entonces valoramos
aquello que está lejano
del aire puro, de aquel viento…
de aquella flor.
Sin sencillez,
lo propio parece extraño,
y apreciamos lo ajeno
como un frustrado anhelo,
que no hay que desmerecerlo…

Sencillez,
una palabra simple,
que encierra un sentido complejo,
si está cerca vivimos,
creemos vivir … si está lejos.

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