¡Oh, dulce vida, hermosa y amable costumbre del ser y del obrar!
¿Debo separarme de ti?
Goethe
Y entonces,
llega la muerte,
como un recuerdo
de nuestra condición humana.
Y entonces,
como siempre,
me embargan los recuerdos
y me vienes a la mente:
sonrisa, porte, mirada,
cariño y cercanía.
Y entonces,
la vida te regaló una familia,
que te acompañó
y acompañaste siempre.
Tanto así,
que fueron ellos
los que pudieron decirte adios.
Hoy descansas,
y te reencuentras
con aquellos otros a los que amas.
Una luz se apaga en la tierra
y una estrella nace en el cielo.