jueves, 31 de mayo de 2012

Acoso escolar, un fantasma real


El problema del acoso escolar suele estar oculto... lo que más nos cuesta en los casos de matonismo es combatir la ley del silencio 
Caries Mata
Inicia la evaluación escolar,
y serán revisados los clásicos
y típicos indicadores de gestión:
profesores, clases, estudiantes,
espacios físicos,
opiniones de diversas personas,
sobre la escuela o el colegio,
a unos les gustará mas que a otros,
unos felices, otros contentos,
otras tantos descontentos,
y terminará la evaluación,
con las recomendaciones del caso,
con los compromisos institucionales,
con los planes de mejora.
Hasta ahí todo bien,
porque así debe ser el proceso,
porque así deben ser los procedimientos,
solo tengo una preocupación,
que la evaluación no contemple
el tema del acoso escolar,
de la violencia dentro de la escuela,
de los niños acosados y maltratados.

No es un tema nuevo,
no es un tema generalizado,
pero tampoco es un tema tratado,
analizado, estudiado y gestionado.
cuando uno o varios alumnos
tienen más poder
sobre uno o varios alumnos ,
cuando la superioridad física, social,
de aceptación o de relación,
pierde equilibrio,
la violencia encuentra su destino,
los niños y jóvenes sin preparación
para enfrentar la situación,
los padres y maestros ajenos,
temerosos, indignados, molestos,
no saben qué hacer,
o cuando lo hacen lo hacen mal.

La violencia escolar,
no se genera en la escuela,
llega a ella producto del sistema,
de los medios y de las situaciones,
que influyen sobre los niños y jóvenes.
Juegos de violencia,
de competencia desleal,
donde lo que importa es ganar,
independiente de los medios.
Programas de televisión,
que hacen apología de la idiotez mas grande,
de la burla, de la vida sin sentido,
de la vida vacía,
de la falta permanente de respeto
a la dignidad humana.
Si ese niño o ese joven,
recibe ese mensaje directo
de la televisión u otros medios,
¿qué valores de convivencia y respeto tiene?,
¿cuánto control o guía
reciben los niños o jóvenes,
sobre los contenidos de oyen y miran?.

Crecen entonces lo acosadores,
y callan los acosados,
el silencio es aliado del violento,
porque el violentado tiene miedo,
no quiere ser tachado de chismoso,
no quiere ser aislado,
pero tampoco quiere ser maltratado.

¿Cómo enfrentar esta dura realidad?,
¿cómo hacer frente a la violencia escolar?,
educando, hablando,
no dejando que el tema se quede ahí guardado,
preparándose para enfrentar y transformar el conflicto.
Los códigos de convivencia escolar
no son sólo unas bonitas palabras
escritas para olvidar,
son la pauta y la guía,
la manera de actuar,
para educar para la paz,
para educar para la convivencia,
para educar para el conflicto,
para enseñar a transformar el conflicto,
para desechar la violencia,
para que desde la escuela,
para que desde el hogar,
identifiquemos a la violencia
y la combatamos permanentemente.

El acoso escolar,
un fantasma real,
ha llegado y se quiere quedar,
depende de nosotros,
debemos actuar.

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